Ara ja deu fer uns 8 o 9 anys amb la Vicky* participàvem a l'assignatura de Ciència i Tecnologia per la Pau que s'impartia a la UAB pels alumnes de ciències. Allà, en una de les dinàmiques que fèiem els proposàvem que en grups debatessin quin és el mite de creació de la seva cultura.
La majoria d'alumnes debatien sobre el Genesis i no els sortien més mites. Després els passavem aquest fragment de la novela "Ismael y la salvación del mundo" de
Daniel Quinn que us convido a llegir.
-¿Qué es eso? – pregunté cuando llegué a la mañana siguiente. Me refería a un objeto que se encontraba sobre el brazo de mi sillón.
-¿A qué se parece?
- A un grabador.
- Eso es exactamente lo que es.
- Quiero decir ¿para qué?
- Para registrar para la posteridad los curiosos cuentos populares de una cultura condenada que usted va a contarme.
Reí y me senté.
- Me temo que no he encontrado aún ningún cuento popular que contarle.
-¿Mi sugerencia en el sentido de que buscara un mito de la creación no dio sus frutos?
- No tenemos un mito de la creación – dije nuevamente. – A menos que se refiera al génesis?
- De ninguna manera.
-¿Entonces que descripción les ofrecería? Podría darles una descripción, pero sin duda no seria un mito.
-Naturalmente usted no lo consideraría un mito. Ningún relato de la creación es un mito para la gente que lo cuenta. Se trata simplemente del relato.
-Está bien, pero el relato del que estoy hablando de ninguna manera es un mito. Algunas partes siguen en discusión, supongo, y supongo que una investigación posterior podría efectuar algunas revisiones al respecto, pero sin duda no se trata de un mito.
-Encienda el grabador y comience, entonces sabremos.
Le lance una mirada de reproche.
-Usted realmente quiere que yo... bueno...
-Que me cuente el relato, así es.
-No puedo simplemente narrarlo con tanta facilidad, necesito cierto tiempo para armarlo.
-Hay mucho tiempo, es una cinta de 90 minutos.
Suspiré, encendí el grabador y cerré los ojos.
- Todo comenzó hace mucho tiempo, hace diez o quince mil años – comencé unos minutos más tarde - Desconozco qué teoría predomina en este momento, si la del estado estable o la del “Big Bang”, pero en cualquiera de los dos caso el universo comenzó hace mucho tiempo.
En este momento abrí los ojos y miré a Ismael en forma especulativa.
Me devolvió la mirada y dijo:
- ¿Eso es todo? ¿Ese es el relato?
-No, estaba simplemente verificando. – Cerré mis ojos y volví a comenzar. – Y entonces, no sé... supongo que hace unos seis o siete millones de años... nació nuestro propio sistema solar... Tengo una imagen en la mente de alguna enciclopedia de la niñez de unos glóbulos que eran arrojados o de glóbulos coalescentes...y esos eran los planetas. Los cuales, a lo largo de los siguientes dos mil millones de años se enfriaron y solidificaron... Bueno, veamos. La vida apareció en el caldo químico de nuestros antiguos océanos alrededor de... ¿cinco mil millones de años?
-Tres mil quinientos o cuatro mil millones.
- Está bien. Bacterias, organismos evolucionaron hacia formas más elevadas, formas más complejas que evolucionaron hacia formas aún más complejas. La vida se esparció gradualmente hacia la tierra. No lo sé... limo al borde de los océanos... anfibios. Los anfibios se trasladaron hacia el interior de la tierra y evolucionaron en forma de reptiles. Los reptiles evolucionaron en forma de mamíferos. Esto sucedió... ¿hace mil millones de años?
- Hace solo unos doscientos cincuenta millones de años
-Está bien. De todos modos, los mamíferos... no lo sé. Pequeñas criaturas en pequeños nichos, debajo de los arbustos, en los árboles... De las criaturas en los árboles vinieron los primates. Luego, no sé – quizás hace diez o quince millones de años una rama de los primates abandonó los árboles y ... – quedé sin energía.
-Esto no es un examen – afirmó Ismael – Las líneas generales son suficientes simplemente el relato tal como se lo conoce en general, tal como lo conocen los conductores de ómnibus, la gente del campo y los senadores.
- Está bien – dije y cerré nuevamente los ojos – Está bien. Bueno, una cosa llevó a la otra. Las especies siguieron a las especies y finalmente apareció el hombre. ¿Cuándo fue? Hace tres millones de años?
- Tres millones parece ser un número bastante seguro.
- Está bien
- ¿Eso es todo?
-Eso es todo en general.
-El relato de la creación tal y como es contado en su cultura
-Así es, hasta donde nosotros sabemos.
Ismael asintió y me sugirió apagar el grabador. Luego se sentó con un suspiro que retumbo a través del vidrio como un volcán distante, enlazó sus manos sobre su panza y me hecho una larga y inescrutable mirada.
- Y usted, una persona inteligente y moderadamente bien instruida, quiere hacerme creer que eso no es un mito.
-Que hay de mítico en él?
-No dije que hubiera algo mítico en él. Dije que era un mito.
Creo que reí nerviosamente.
- Quizá no sepa a lo que se refiere con un mito.
-No me refiero a nada a lo que usted no se refiera. Estoy utilizando la palabra en su sentido común.
-Entonces no es un mito.
-Sin duda es un mito, escúchelo. –Ismael me pidió que rebobinara la cinta y la pasara de nuevo.
Después de escucharla permanecí sentado y pensativo durante un par de minutos, para mantener las apariencias, luego dije:
- No es un mito. Uno puedo poner eso en un libro de ciencias de séptimo grado y no creo que exista junta educativa alguna que pueda sutilizar al respecto, dejando de lado a los creacionistas.
- Estoy sinceramente de acuerdo. ¿Acaso no dije que el relato forma parte del ambiente de su cultura? Los niños lo asimilan a través de muchos medios, incluyendo los libros de textos de ciencia.
-Entonces que está diciendo? Está tratando de decirme que no es un relato basado en los hechos?
-Está lleno de hechos, pero su disposición es puramente mítica.
-No sé de lo que está hablando.
-Obviamente usted ha encontrado su mente. Madre Cultura lo ha adormecido en su canto.
Le lancé una mirada dura
-Está usted diciendo que la evolución es un mito?
-No
-¿Está diciendo que el hombre no evolucionó?
-No
-¿Entonces qué?
Ismael me miró esbozando una sonrisa. Luego se encogió de hombros. Luego levantó sus cejas.
Lo miré firmemente y pensé: “Me está tomando el pelo un gorila”. No sirvió de mucho.
-Escúchela de nuevo – me dijo.
Cuando terminó dije:
-Está bien, escuche algo, la palabra apareció. Dije que finalmente apareció el hombre. ¿Es eso?
-No, no es nada de eso. No estoy usando equívocos acerca de una palabra. Resultaba claro del contexto que la palabra apareció fue solo un sinónimo para evolucionó.
-¿Entonces qué diablos es?
-Usted realmente no está pensando, me temo. Recitó un relato que oyó mil veces y ahora está escuchando a Madre Cultura mientras le murmura al oído: “Vamos, vamos hijo mío, no hay nada en qué pensar, nada por qué preocuparse, no te excites, no escuches al malicioso animal, esto no es un mito, nada de lo que te digo es un mito, de manera que no hay nada en qué pensar, nada por lo que preocuparse, sólo escucha mi voz y duérmete, duérmete, duérmete...”
Me mordí los labios por un momento, luego dije:
-Eso no ayuda.
-Está bien - dijo. Le contaré un relato propio y quizás eso ayudé. – Mordisqueó un momento una ramita, cerró los ojos y comenzó.
-Esta historia – (afirmó Ismael) ocurre hace quinientos millones de años: un tiempo inconcebiblemente largo en épocas en que este planeta le resultaría totalmente irreconocible. Nada se movía sobre la Tierra excepto el viento y el polvo. Ni una hebra de pasto ondeaba al viento, no cantaba ni un solo grillo, ni un solo pájaro se elevaba hacia el cielo. Todas esas cosas sucederían en decenas de millones de años en el futuro. Incluso los mares estaban misteriosamente tranquilos y silenciosos, ya que también los vertebrados estaban a decenas de millones de años de distancia en el futuro.
“Pero por supuesto había un antropólogo cerca ¿Qué mundo sería sin un antropólogo? Sin embargo, se trataba de un antropólogo muy deprimido y desilusionado por que había recorrido todo el planeta buscando a alguien a quién entrevistar y todas las cintas de su mochila estaban en blanco como el cielo. Pero un día, mientras recorría la costa del océano, vio lo que parecía ser una criatura viviente cerca de la costa. Nada de qué jactarse sólo un bulto blando y húmedo, pero era el único candidato probable que había visto en todos sus viajes, de manera que avanzó con dificultad hacia el lugar donde se meneaba sobre las olas.
“Aludo educadamente a la criatura y fue saludado de la misma manera y pronto se convirtieron en buenos amigos. El antropólogo explicó lo mejor que pudo que era un estudioso de los estilos de la vida y de las costumbres y le suplico a su nuevo amigo que le proporcionara información de ese tipo, que le fue brindada servicialmente.
“Y ahora –dijo por fin-quisiera grabar con tus propias palabras algunos de los relatos que ustedes cuentan acerca de sí mismos.
-Historias? – preguntó el otro
-Ya sabes, como su mito de la creación, si tienen uno.
-¿Qué es un mito de la creación?-preguntó la criatura
- Oh, ya sabes - replicó el antropólogo -, el cuento fantástico que les cuentan a sus hijos acerca de los orígenes del mundo.
Bien, ante esto, la criatura se irguió con indignación - por lo menos lo mejor que puede hacerlo un bulto blando y húmedo - y replicó que su pueblo no tenía ese tipo de cuentos fantásticos.
-¿No tienen entonces una descripción de la creación?
-Por supuesto que tenemos una descripción de la creación - respondió bruscamente el otro -. Pero de ninguna manera es un mito.
-Oh, ciertamente no lo es - afirmó el antropólogo, recordando finalmente su instrucción -. Me sentiría intensamente agradecido si quisieras compartirlo conmigo
- Muy bien - dijo la criatura - Pero quiero que comprendas que como tú somos un pueblo estrictamente racional, que no acepta nada que no se base en la observación, en la lógica y en el método científico.
-Por supuesto, por supuesto, reconoció el antropólogo.
Finalmente la criatura comenzó su relato.
-El universo – señalo -, nació hace mucho tiempo, quizás hace diez o quince mil millones de años. Nuestro propio sistema solar, esta estrella, este planeta y los otros, parecen haber cobrado vida hace dos o tres mil millones de años. Durante mucho tiempo, nada vivió aquí. Pero luego, después de cerca de mil millones de años, apareció la vida.
-Discúlpame - dijo el antropólogo - dices que la vida apareció. ¿Dónde ocurrió eso, según su mito, quiero decir, según su descripción científica?
La criatura pareció desconcentrada ante la pregunta y palideció
-¿Quieres decir en qué lugar preciso?
-No. Quiero decir, ¿eso ocurrió en la Tierra o en el mar?
-¿Tierra?-preguntó el otro-¿Qué es tierra?
-Oh, ya sabes - afirmó, señalando hacia la cosa - la extensión de lodo y rocas que comienza por allá.
La criatura palideció aún más y dijo:
-No puedo imaginar lo que estás farfullando. El lodo y las rocas son simplemente el gran cuenco que contiene el mar.
- Oh, sí- afirmó el antropólogo -, ya veo lo que quieres decir, totalmente. Sigue adelante.
- Muy bien -dijo el otro -. Durante muchos millones de siglos, la vida del mundo estaba simplemente representada por los microorganismos que flotaban en el caldo químico. Pero poco a poco aparecieron formas más complejas: criaturas unicelulares, limos, algas, pólipos y así sucesivamente.
“Pero finalmente – dijo la criatura tornándose rosa de orgullo por el hecho de llegar al punto culminante de su relato-, pero finalmente, Apareció la medusa!
El Big Bang... l'actual mite de creació!
El paradigma de la creació de l'Univers...
*Amb la Vicky vam crear el
Projecte Dynamón.
Un projecte molt preciós però també molt ambiciós...
Encara hi ha la web, tot i que molt desactualitzada.
Vam generar molts recursos súper xulos,
vam passar-nos-ho bé i vam aprendre molt...
i un dia va anar morint... i algun dia renaixerà...